Hoy vamos a adentrarnos en un fascinante, pero a veces esquivo mundo: los alérgenos cosméticos. Pero no os preocupéis, estamos aquí para guiarte a través de este territorio, con nuestro gorro de toxicólogas puesto y la misión de aclarar un poco las cosas.
¿Qué son realmente los alérgenos cosméticos?
Empezando por lo básico. Los alérgenos cosméticos son sustancias que pueden desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas. Pero mantengamos la calma, no estamos hablando de monstruos en frascos de crema, pero sí de ingredientes que, en determinadas personas sensibles, pueden desencadenar reacciones alérgicas o de hipersensibilidad.
Estas reacciones varían desde un moderado enrojecimiento hasta reacciones más severas como erupciones cutáneas, con vesículas o pápulas o incluso reacciones sistémicas.
Estos ingredientes pueden variar desde fragancias y conservantes hasta colorantes y aceites esenciales. La piel es una barrera impresionante, pero no es completamente impermeable, aunque como hemos mencionado anteriormente, los alérgenos solamente afectan a las personas que son sensibles a estas substancias o que han sido sensibilizadas previamente.
¿Cómo identificamos una reacción alérgica?
Es importante diferenciar una reacción alérgica cutánea de una dermatitis irritativa. Ambas tienen una sintomatología similar, pero la cronología y las circunstancias del caso suelen marcar la diferencia.
La dermatitis irritativa no requiere sensibilización previa, se da en la misma zona de aplicación del producto y potencialmente afecta a toda la población por igual. La reacción alérgica en cambio requiere una sensibilización previa al ingrediente causante, la sintomatología puede aparecer en el mismo punto de la aplicación u en otras zonas del cuerpo y solamente afecta a las personas previamente sensibilizadas.
Los síntomas asociados más habituales son los siguientes:
Un sarpullido con picazón.
Manchas ásperas de un color más oscuro que el habitual (hiperpigmentadas) que suelen ser más frecuentes en pieles más oscuras.
Piel seca, agrietada y escamosa; esto es más frecuente en pieles claras.
Bultos y ampollas, a veces con secreción y costras.
Hinchazón, ardor o sensibilidad.
Decodificando los ingredientes en las etiquetas
Vamos a mezclar los poderes toxicológicos con los poderes regulatorios para empezar a descodificar los nombres que aparecen en las listas de ingredientes de los productos cosméticos. Y nos vamos a fijar en 2 aspectos:
Parfum: Las fragancias pueden ser una maravilla para los sentidos, pero también pueden ser astutas. La palabra "parfum" en la etiqueta suele esconder una mezcla de sustancias aromáticas diseñadas y pensadas para dar fragancia al producto.
Alérgenos: Los alérgenos aparecen al final del listado de ingredientes. Tienen nombres extraños, como Linalool, Limonene, Citral, Rose ketones,… La indicación de la presencia de las substancias alergénicas en el etiquetado de los cosméticos es obligatoria desde 2005, aunque la lista era de 26 hasta este verano que se amplió. Los límites establecidos y que son vigentes en la actualidad son los siguientes:
10ppm (0.001%) en productos que no se enjuagan o Leave On
100ppm (0.01%) en productos que se enjuagan o Rinse off
Nueva normativa sobre alérgenos cosméticos
El pasado julio, la Unión Europea publicó el Reglamento (UE) 2023/1545 de la Comisión de 26 de julio de 2023 por el que se modifica el Reglamento (CE) n.º 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo en lo relativo al etiquetado de los alérgenos de fragancias en los productos cosméticos (DOUE de 27 de julio de 2023). Amplió hasta 81 los alérgenos declarables en cosmética. La lista completa está en los siguientes cuadros:
Como veis, muchos de los alérgenos son sustancias naturales o de origen natural, por lo que es muy importante comprar productos correctamente etiquetados, que tengan la lista de ingredientes claramente identificada, para salvaguardar nuestra seguridad.
¿Qué hacer si eres propenso a alergias?
Aunque la lista sea tan larga, no todo está perdido si eres el tipo de persona que parece reaccionar a todo. Aquí hay algunos consejos prácticos para mantenerte a salvo y resplandeciente:
Prueba de parche: Antes de lanzarte a usar un nuevo producto, realiza una pequeña prueba de parche en una parte discreta de tu piel. Esto te dará una idea de cómo reaccionará tu piel antes de comprometerte a una relación a largo plazo con tu nuevo cosmético.
Ingredientes conocidos: Conviértete en un detective de etiquetas. Si conoces tus alérgenos, podrás evitarlos como un profesional. Investiga sobre los ingredientes que te han causado problemas en el pasado y mantente alerta. Si reaccionas a algún producto, reporta el caso y acude a tu médico para que te practique un prick test para averiguar a qué substancia eres alérgico y así poderla evitar en el futuro.
Consulta a un experto: Si las reacciones persisten o son severas, no dudes en buscar la ayuda de un dermatólogo. Ellos son los que mejor conocen la piel y pueden ofrecerte orientación personalizada basada en tu tipo de piel y tus necesidades específicas. Otra opción de experto es un alergólogo.
Un Viaje Hacia una Belleza Consciente
En el mundo de los alérgenos cosméticos, la clave es la conciencia. Conoce tu piel, sé consciente de los ingredientes y no temas preguntar. La belleza y la salud de la piel no deben ser dolorosas ni arriesgadas. Al adoptar una actitud informada y consciente, puedes disfrutar de tu rutina de belleza sin preocupaciones.
Y recuerda, tu piel es única, hermosa y merece ser tratada con amor y cuidado. ¡Adelante, embárcate en este emocionante viaje hacia la mejor versión de ti mismo!
Descubre más sobre Celia Campos, Technical Director y co-fundadora en MuttuLab, autora de este artículo.
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