5 de agosto de 2022
Si leíste nuestro primer post y te quedaste con ganas de más… No te preocupes, ¡hay más cosas que contar!
Si tienes conocimientos previos de contabilidad y quieres hacer un plan económico-financiero más detallado o si te lo pide la entidad bancaria o algún inversor, es posible realizar análisis adicionales de la viabilidad económica-financiera de tu proyecto.
Mediante la cuenta de tesorería podemos analizar la capacidad que tenemos para hacer frente a los pagos a través de la liquidez de esta. Representa el flujo de caja o Cash Flow y se obtiene como diferencia de los ingresos que obtengamos y los gastos que produzcamos. De esta manera, podemos ver todas las entradas y salidas de dinero que realizamos en un periodo de tiempo determinado.
Es importante realizar un control y seguimiento cada x tiempo para analizar la evolución y las desviaciones frente a las estimaciones para corregirlas lo antes posible.
Si leísteis el artículo anterior podéis pensar que esta información ya se ha previsto en la cuenta de Pérdidas y Ganancias ya que tanto en uno como en el otro aparecen ingresos y gastos que incluso podrían coincidir. ¿Para qué sirve entonces la cuenta de tesorería?
En la cuenta de PyG rige el principio del devengo, es decir, los ingresos y los gastos se contabilizan cuando se originan, con independencia de cuando se cobren o paguen. Mientras que en el Cuadro de Tesorería rige el riguroso principio de la entrada (ingresos) o salida (gastos) de caja.
Además, en las cuentas de tesorería no se incluyen conceptos como las amortizaciones o el stock. Solo aparecen las entradas de efectivo y los desembolsos.
Esto nos da una idea de las necesidades de liquidez de la empresa, es decir del dinero que se necesita disponer para realizar la actividad.
Es muy relevante en caso de proyectos con elevada carga estacional (por ejemplo, los cosméticos, para la caída capilar tienen una marcada estacionalidad en otoño y primavera, siendo los meses de invierno y verano mucho más flojos en ventas).
Se trata del inventario donde se recoge de forma ordenada, y en un momento concreto del tiempo, todos los elementos patrimoniales y necesarios que componen nuestra empresa para el desarrollo de la actividad.
Suele decirse que es una «fotografía» de la empresa en un momento o fecha determinada. Por un lado, tenemos el activo que está formado por todos los bienes y derechos de la empresa, y, por otro lado, las partidas de pasivo que recogen las fuentes de financiación del activo.
Recuerda: El activo siempre es igual al pasivo más el patrimonio neto.
Este ejercicio nos mostrará la situación de liquidez de nuestro emprendimiento o la capacidad de pago, endeudamiento, independencia financiera, necesidades de capitalización, etc.
El análisis se puede hacer con un solo Balance (lo que se denomina análisis patrimonial estático) o en el caso del Plan económico-financiero es más interesante ver la evolución de la empresa a través de varios balances (lo que se denomina análisis patrimonial dinámico) con los datos teóricos utilizados para los análisis previos anteriores.
Con estos análisis conoceremos bien nuestro emprendimiento y podremos tomar mejor las decisiones. Este conocimiento nos permitirá reducir el riesgo o al menos tomarlo de forma consciente y afrontar el futuro de forma valiente.
Y como no nos cansamos de decir: ¡Recuerda! El plan debe ser lo más realista y factible posible para que en el futuro no haya grandes sorpresas.
Descubre más sobre Yan Ye, back office en MuttuLab, autora de este artículo.
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